Escribe Eduardo Madroñal (Coord. Territorial de UPyD Asturias)
1 Septiembre 2008
Gobierno y oposición, banqueros y grandes empresarios están empeñados en lanzar una cortina de humo tras la cual confundir y desorientar a la gente sobre la realidad de la crisis económica, sus causas y las consecuencias que va a tener sobre el conjunto del país y en particular sobre los ciudadanos de a pie. Quieren hacernos creer que lo estamos viviendo no son más que las repercusiones de la crisis financiera mundial, algo en lo que, por lo tanto, ellos no tienen ninguna responsabilidad. Y será algo pasajero, momentáneo ("como la fiebre de un niño, que es muy intensa pero desaparece pronto" que dijo Botín), pero que coyunturalmente nos obligará a todos a apretarnos algo el cinturón.
Cuando a lo que estamos asistiendo es a una inflación por encima del 5%, subida de los precios y carestía de la vida, aumento constante de las hipotecas, incremento acelerado del paro, subida generalizada de las tarifas de tipo monopolio de los servicios básicos (electricidad, gas, agua,…) y de los impuestos del Estado. Estamos asistiendo en realidad a un ataque en toda regla y en todos los frentes por parte de las grandes empresas y las multinacionales contra las condiciones de vida y de trabajo de los ciudadanos de a pie. Y todo apunta a que después del verano este ataque se extienda, se multiplique y se profundice.
Sin embargo, a lo largo de los últimos 10 años, la gran banca y las grandes empresas españolas han multiplicado su expansión y sus beneficios, colocando a algunas de ellas en el top ten de las grandes multinacionales mundiales: Santander y BBVA, primer y quinto banco de la zona euro; ACS, Sacyr, Ferrovial y FCC copando el ranking de las 5 primeras constructoras mundiales por concesiones de obras públicas; Iberdrola y Endesa entre las 10 primeras eléctricas del mundo; Telefónica, tercera operadora mundial de telecomunicaciones; Repsol, octava mayor petrolera privada –no estatal- del mundo,…
Y lo han hecho a costa, principalmente, de los salarios (que han perdido un 4,5% de su poder adquisitivo y han visto cómo se producía un gigantesco trasvase desde las rentas salariales hacia las rentas de capital), de reducir hasta mínimos históricos la capacidad de ahorro nacional (apropiándose ellos del resto) y de endeudar hasta límites asfixiantes a las familias españolas.
Ahora, en medio de las turbulencias financieras mundiales desatadas por la crisis de las hipotecas "subprime", pretenden mantener su tasa de ganancia sobre la base de aumentar la jornada de trabajo hasta las 60 horas, la congelación salarial, la reforma del mercado de trabajo, es decir, entre otras cosas, de deshacerse de parte de la fuerza de trabajo "sobrante", los inmigrantes; todo ello mediante drásticas medidas reaccionarias (con el voto favorable del PSOE y con el beneplácito del PP) con la nueva directiva de la vergüenza europea, "ayudas para devolver a los inmigrantes a sus países de origen,…; de profundizar todavía más en el trasvase de rentas desde los bolsillos de los ciudadanos de a pie hacia las grandes empresas (inflación, aumento de tarifas,…) y en la apropiación por la gran banca de todo el ahorro nacional (subida de las hipotecas y los intereses de los préstamos) y de eliminar competencia apropiándose del capital de miles de pequeñas y medianas empresas en peligro de quiebra.
En la actual crisis, el gobierno Zapatero está actuando en realidad como el "macguffin" de la gran banca y las grandes empresas. Un "macguffin" es el efecto cinematográfico desarrollado por Hitchcock en el que una trama principal, pero vacía de contenido, capta la atención del espectador y lo distrae de lo que es la auténtica trama central de la película, permitiéndole llevar al espectador por donde quiere y hacia donde quiere. Eso es lo que está haciendo Zapatero.
Y la mayor expresión es el último congreso del PSOE. Mientras allí se discutía sobre nuevos "derechos sociales" (eutanasia, ampliación del aborto, retirada de los crucifijos de los actos oficiales,…) la realidad del país se manifestaba en un escenario muy distinto. En el que Botín ("¿Crisis? ¿Quién está en crisis? Nosotros no") acababa de convertirse en el tercer banco del mundo con mayores beneficios (sólo por detrás de los dos gigantes bancarios chinos) y en el tercer banco por valor de mercado de todos los países desarrollados occidentales.
Por debajo de su aparente "inactividad" ante la crisis, de su resistencia a nombrarla, por debajo de su ministerio de la igualdad, su cheque bebé, sus polémicas sobre las corbatas y el uso eficiente de la energía o su devolución de los 400 euros, el gobierno Zapatero actúa como un elemento activo y el aliado principal de la gran banca y las grandes empresas en este ataque a las condiciones de vida de los ciudadanos de a pie. En este punto, el PP no existe cono alternativa porque sólo puede ofrecer más de lo mismo, IU, en estado cataléptico, es incapaz de reaccionar. Los sindicatos mayoritarios, desaparecidos en combate, callan y otorgan limitándose a alzar tímidamente la voz en defensa de aquellos sectores de trabajadores asalariados a los que, mal que bien, representan.
En estas condiciones, es más necesario que nunca una respuesta de los ciudadanos de a pie a la crisis. Una respuesta de unión progresista y democrática. Una respuesta que defienda la igualdad y la cohesión nacional. Una respuesta sin complejos y sin hipotecas. Una respuesta que se proponga un proyecto de España con un Estado fuerte que defienda los intereses de los ciudadanos de a pie frente a los intentos internos y externos, vengan de donde vengan, de debilitarlos y dañarlos. Una respuesta upydeista a la crisis. Una respuesta de UPyD.
Más información en http://www.upyd.es/web_medida/plantilla_general/secciones/plantilla.jsp?seccion=118
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