Este año en nuestras fiestas tenemos un solo gran concierto, que se intenta compensar con conciertos más populistas para asegurarse al menos que la franja de público a la que parte del Ayuntamiento debe su sueldo esté satisfecha.
Además, el FAX se celebra en la capital, con un presupuesto millonario del que se podría esperar grandes actuaciones, pero se presenta un cartel bastante limitado y repetitivo, eso sí, de lo más alternativo, que siempre queda moderno.
Además, el FAX se celebra en la capital, con un presupuesto millonario del que se podría esperar grandes actuaciones, pero se presenta un cartel bastante limitado y repetitivo, eso sí, de lo más alternativo, que siempre queda moderno.
Sin embargo la extrañeza fue a más cuando este año se ofreció el mismo escenario y equipo en el Parque del Posío que todos los años, para dar algún concierto, aunque sin ofrecerlo abiertamente y así evitar problemas, y sin embargo todos oímos hablar continuamente de dar facilidades a los artistas ourensanos. Claro que de esta forma se cubre la cuota de publicidad para nuestros artistas, que siempre es necesaria si te autoeriges en defensor de la cultura gallega. Hete aquí que en esta ocasión se corrió la voz y se presentaron demasiados grupos, y lo que en cualquier mente cabal sería una suerte, en la concejalía es un grave problema que implica hacer una selección, sin tener absolutamente ningún criterio ni conocimiento. Sin embargo, como lo que sobra es orgullo para rectificar o pedir ayuda cualificada, se resuelve que toquen todos en las fiestas de su ciudad, gratis. Sorprendentemente no todos aceptaron, así que de pronto surgió de la nada un presupuesto, con el ánimo de acallar voces y se propone que toquen 30 grupos en 4 días, de 4 a 12 de la noche, media hora cada uno y en días laborables. ¿Facilidades? Ante semejante panorama los propios grupos acordaron sacrificar a un número de ellos por dar un buen espectáculo y se ofrecieron a tocar menos grupos durante más tiempo, y ya que allí no había ninguna autoridad que pudiera tomar decisiones (porque la concejala nunca apareció) acordaron sortearse la participación.
Y así, con una pedrea, la Concejalía lo dio todo por solucionado. ¡Cuánto queda por aprender: la Peregrina, la Ascensión, el San Froilán, etcétera! Yo soy de la opinión de que ser representante de una ciudad es algo más que aparecer en las fotos y deshacer todo lo que hizo el que estaba antes, también es estar donde se es necesario para solucionar un problema y tomar decisiones fundamentadas aunque sean difíciles.
Como sigamos así, esta concejalía va a dar mucho juego, y es una pena porque los que perdemos siempre somos los mismos.
Yolanda Rodríguez en Cartas al director de La Región (19-6-2008) www.laregion.es
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