¡¡¡"Esto es la guerra..."!!!

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados. GROUCHO MARX

viernes, 23 de abril de 2010

Mas de "folleton Baltasar".

Otra visión y opinión, en la Voz del 16.04.10, sobre la convulsión que sacude a este país, ante la implacable "lapidación", judicial y mediatica, que sufre este "quijote" de las turbas (mas que turbadas alteradas...isimas) zapateriles, ante su santa cruzada para derrotar en la batalla final, los restos (oseos...) de las tropas franquistas atrincheradas (en tumbas y nichos, agazapados...) en el Valle de los Caídos, que va a dejar nimia la del Ebro....
¡¡¡Esto es otro 2 de mayo, otro NUNCA MAIS internacional..., etc..., A LAS BARRICADAS....!!!
Baltasar Garzón y el Tribunal Supremo... italiano
En esta misma columna he sostenido en más de una ocasión que la vida política española se despeña por un barranco de italianización que resulta extremadamente peligroso para el respeto debido a nuestro Estado de derecho, la calidad de nuestra democracia y la imagen del país.
Bien servidos como estamos de escándalos de corrupción, politización de instituciones que debieran ser independientes, hipertrofia partidista y política de bandos, solo nos faltaba para el duro el increíble espectáculo que se ha montado a cuenta de la imputación penal del juez Garzón.
Es seguro que, entre sus numerosas tareas, la Audiencia Nacional tenía muchas más urgentes que la de abrir, como hizo Garzón, una causa penal contra personas que, por haber fallecido, nadie podía procesar. Y es seguro que entre sus múltiples obligaciones, el Tribunal Supremo tenía muchas más importantes que la de perseguir penalmente los disparates procesales de Garzón.
Pero lo cierto es que Garzón decidió un día abrir un proceso que le exigía realizar estrambóticas interpretaciones de nuestro ordenamiento; y que el Supremo ha entendido que aquellas podrían ser constitutivas de delito. Hasta aquí, sea cual sea la opinión política y el criterio jurídico que tenga al respecto cada cual, todo se mueve dentro de los amplios límites de un Estado de derecho.
Lo que se sale de ellos es que los dirigentes de dos sindicatos que constituyen una de las columnas vertebrales de nuestra democracia y altos cargos del Gobierno den por buenas, con su presencia y con su aplauso, imputaciones tan graves como las realizadas por el señor Jiménez Villarejo que, para más inri, es un jurista que ha desempeñado relevantes responsabilidades estatales: que el Tribunal Supremo se ha constituido en un mero instrumento del fascismo. ¿Se imaginan lo que estarán pensando ahora los partidos cómplices de ETA que fueron ilegalizados... por el Tribunal Supremo?.
Y es que no resulta equiparable que, buscando amedrentar a los magistrados que podrían tener que juzgarlo, se manifieste en apoyo de Garzón Pedro Almodóvar -cuya gran contribución política fue calumniar al Gobierno, la noche del 11-M, con la gravísima falsedad de que preparaba un golpe de Estado para evitar la celebración de las elecciones generales- y que lo haga Gaspar Zarrías, secretario de Estado del vicepresidente Manuel Chaves. Este, quizá preocupado por el ya ominoso silencio del Gobierno ante la intifada social contra el Supremo, ha declarado que el Ejecutivo respeta su labor. Pero si quiere demostrar que es cierto lo que dice, no tiene otro remedio que destituir a Zarrías de un modo fulminante. Lo demás es pura Italia. Quiero decir, Italia de la mala: de la de Berlusconi.

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