¡¡¡"Esto es la guerra..."!!!

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados. GROUCHO MARX

miércoles, 15 de julio de 2009

El pasteleo

Otro articulo de uno de los comentaristas politicos, Roberto L. Blanco Valdes, colaborador de La Voz de Galicia, que seguimos asiduamente, en el que aborda la merienda de negros, ofrecida por la Pasteleria "La Moncloa", a las 17 porciones del Estado Español.


Del engaño considerado como una de las bellas artes
Entre 1827 y 1829 escribió el inglés Thomas de Quincey una de las obras maestras del humorismo universal. Aunque de las dos conferencias que componen Del asesinato considerado como una de las bellas artes podrían extraerse fogonazos de genio insuperable, quizá el más citado sea también el más brillante: «Si uno comienza por permitirse un asesinato -escribe De Quincey- pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente».

Lo acontecido con la política autonómica que ha dirigido Zapatero desde su llegada en el 2004 a la Moncloa responde a la perfección a esa desternillante, aunque perversa, jerarquía de valores.
Y así, parafraseando al gran escritor de Manchester, también cabría decir en nuestro caso, que si uno comienza por volar el consenso sobre el que se construyó la democracia pronto no se le da importancia a dejarse colar un Estatuto delirante e inconstitucional, de ahí se pasa a la inobservancia de la solidaridad territorial y se acaba por faltar a la verdad y por esperar que el tiempo resuelva los problemas en que uno solito se ha metido.

Ni usted ni yo conocemos cómo acabará la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera que hoy debería acordar un nuevo modelo de financiación autonómica en España, pero sí sabemos qué es lo que ha determinado la posición que el Gobierno lleva a esa reunión: no el impulso de buscar un sistema que garantice la suficiencia financiera de todas las comunidades y asegure el papel del Estado como redistribuidor y agente activo de la solidaridad, sino la necesidad de Zapatero de llegar a un acuerdo con los partidos del tripartito catalán que le permita seguir en el poder.

De hecho, esa misma necesidad -la de asegurarse el apoyo parlamentario del nacionalismo catalán y no perder el de los diputados de un PSC que lo tiene cogido por el cuello- fue la que explicó en su día el irresponsable apoyo de Zapatero a un Estatuto que está en el origen de todos los males que ahora el presidente no sabe cómo resolver y ante los que ha optado por poner a pleno rendimiento su máquina de intoxicar a la opinión pública española.

Es cierto, como ahora se recuerda, que todos los presidentes que han carecido de mayoría en las Cortes buscaron alianzas con los nacionalistas. Pero lo es también que ninguno se atrevió a lo que, con tanta frivolidad como insensatez, ha convertido ya en costumbre Zapatero: a poner en la mesa de negociación elementos esenciales para definir la estructura del Estado. Y es que uno empieza renegando de la transición y sus consensos y acaba asumiendo el discurso de los nacionalistas.
Clicar en cabecera para leer original del periodico.

No hay comentarios: