¡¡¡"Esto es la guerra..."!!!

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados. GROUCHO MARX

viernes, 11 de septiembre de 2009

ROGUEZ. "Z" : El gran funambulista


"El gran funambulista"
Rodríguez Zapatero ya no es, en términos políticos, el presidente del Gobierno, sino un funambulista que hace equilibrios en un cable flojo sobre los abismos de la crisis y sobre lo que empieza a ser el resquebrajamiento electoral del PSOE. La única razón por la que no se cae y se parte los huesos es porque la rígida y pobre oposición de Rajoy le sirve de barra de equilibrio. Y mucho me temo que esta desfeita ya no tiene solución, porque, lejos de estarse jugando ahora mismo, la partida ya se perdió el día que Zapatero tuvo que escoger entre Solbes y Sebastián y, sin que nadie sepa por qué, escogió al segundo.
La pobreza y la desorientación del actual equipo económico, dirigido por Elena Salgado, es de dimensiones cósmicas, y la credibilidad del Gobierno a la hora de establecer diagnósticos y previsiones sobre las causas y el desarrollo de la crisis roza ya el cero absoluto. No vieron venir la crisis, no supieron definir su naturaleza ni medir su gravedad, y tampoco acertaron el pronóstico de su duración. Y por eso se embarcaron -o nos embarcaron a todos- en una carrera de medidas demagógicas y estériles que dejaron exhaustas las arcas del Estado y comprometen seriamente la recuperación económica. Por eso suena a patético todo lo que dicen, y por eso no se le puede echar una mano ni siquiera cuando hablan, sensatamente, sobre ciertas correcciones al alza de la presión fiscal.
Pero las desgracias no acaban aquí. Porque si malo es el equipo económico, peor es aún la línea política. También en este punto Rodríguez Zapatero tuvo que escoger, al límite, entre Pérez Rubalcaba -la cabeza mejor amueblada y la retórica más acerada y rigurosa del socialismo español- y la señora De la Vega, que, a pesar de ser mujer, protagoniza el discurso más ramplón, repetitivo y estéril de la política española. Y por eso resulta imposible reactivar la imagen de un presidente que, una vez agotado su exagerado recurso a las políticas de igualdad y de género, no da muestras de poseer una sola idea que alimente la regeneración política y económica que tanto necesitamos.
La comparecencia de ayer en el Congreso, criticada por todos y bien aprovechada por la oposición, nos deja la sensación de estar -en lo económico y en lo político- a merced de los vientos. Y todo apunta a que la inminente presidencia de la Unión Europea, de la que tanto fían los estrategas del PSOE, solo va a servir para un fatuo ejercicio de liderazgo internacional que, sobre el hecho de ser inútil, amenaza con cosechar más ridículos que éxitos. Porque no puede haber buena travesía para quien no sabe adónde va. Ni nada cabe esperar de una tripulación en la que figuran como oficiales De la Vega, Salgado, Sebastián y Chaves.
La Voz de Galicia, hoy.

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