ELEMENTAL

No hay forma, se repite una y otra vez en cada campaña electoral, la discusión de los debates televisivos.

Siempre los que gobiernan ningunean o racanean exponerse a la critica y el contraste de pareceres frente al electorado ante la ventana más poderosa y de mayor impacto, que dejo totalmente trasnochada la publicidad de papel y de megafonía. Estos solo quieren telediarios o intervenciones maquilladas.

Por otro lado la oposición, y en este caso también el "socio", patalean por hacerse ver y notar porque quieren desestabilizar y recuperar las parcelas de poder, o arañar porcentajes compartidos.

Una vez más nos vuelven a considerar a la ciudadanía tontos de baba... con sus actitudes intentando cada uno hacernos comulgar con sus razones "justificadísimas" de sus respectivas posturas, unos con sus abusos, excusas y escaqueos, y los otros esgrimiendo y lloriqueando su marginación de pantalla.

¿Para cuando una regulación seria, objetiva y obligatoria?.

Es imprescindible que esta modalidad de contraste de opinión en televisión, y no solo en campaña electoral, se introduzca en la practica política de este país si queremos alcanzar cotas razonables de actualidad y modernidad. Hay que dejar de una vez de lado la anticuada costumbre de enguarrar la vía pública y llenarnos de mas ruidos de los habituales vociferando en ellas, despilfarrando material absurdo, tiempos y esfuerzos de limpieza, gasto totalmente inútil.

Se deben marcar las cuotas y modos de intervención, sin dejarlo al albur o negociación displicente y manipulada desde arriba, ya que hay que marcar con claridad y establecer sin rodeos las reglas de juego sin que puedan ser tergiversadas.

En el caso concreto inmediato de la elecciones autonómicas de marzo, compartimos, sin que sirva de mala interpretación ni precedente, la lógica esgrimida por el señor Nuñez Feijoo, sobre todo por el elemental razonamiento que la media de capacidad intelectual del electorado asentiría de forma llana y simple.

Aquí, en el ámbito gallego, hay 3 fuerzas aspirantes a todo, o parte de un gobierno compartido, y es de cajón que todas ellas deben debatir y contrastar sus posturas conjunta, pero también equilibrada y equidistantemente. Puede ser razonable que el gobierno actual bipartito, y que aspira a perpetuarse, se ponga cara a cara con la oposición de la legislatura pasada, a dos contra uno, pero esto sería totalmente desvirtuar la realidad y ostentación de predominio, si a continuación dicha oposición no tiene oportunidad de exponer sus diferencias con cada una de las otras dos fuerzas separadamente, y si además con idéntica relevancia los partidos gobernantes, aisladamente no contrastan sus posicionamientos, que sin duda entendemos son diferenciados, a efectos, en este ultimo caso, que el ciudadano pueda dar mas porción en el reparto.

Evidentemente también sería injusto que las otras fuerzas minoritarias, que no alcanzaron escaños en el periodo concluido, no puedan, por número de votos precedentes, y otras que irrumpen de nuevo en el escenario electoral, aleatoriamente por sorteo (si fuesen muy numerosas) tener su oportunidad de comparecer en los hogares gallegos, en horario punta como las formaciones potentes, y de igual modo en debate abierto.